La pesadilla de fallar

Eres consciente que va llegando tu turno, que el piloto que clasificó mejor que tú hace su tirada, y que llega la hora de enfrentarse a esa curva tan compleja, a esa recta infinita, o a la tirada que puede parecer muy fácil a simple vista.

Pones la rodilla en la arena, tomas aire, agarras la chapa con los dedos. En sólo unos segundos miles de pensamientos pasan por tu mente, mientras tratas de aislarte de lo que sucede alrededor. Puede que mientras tanto los demás pilotos estén pendientes de ti, que incluso hagan algún comentario sobre tu tirada. Puede que eso te cargue de más presión, si no sabes como equilibrar tu mente.

Son muchas las sensaciones, el frio de la arena, el metal de tu chapa, las pulsaciones que aumentan. Tienes la tirada en la cabeza, sabes cual es la idea, sabes cual es la trazada, y te crees capaz de hacer ese tiro imposible que dejará a todos con la boca a abierta y con el que compensarás algún que otro fallo anterior. Pero también sabes que no lo harás como en clasificación, o como en el entrenamiento, cuando no te juegas nada, cuando puedes poner al límite tu monochapa. La presión entra en juego.

Y la chapa se va fuera. La tiraste con demasiada fuerza, el peralte no pudo contener su inercia, o quizás esa ruleta dio el giro demasiado pronto, cuando aún no estaba en curva. Quizás calculaste mal la trazada, o se te fue el dedo en el último momento… Quizá alguien habló cuando ibas a tirar, y eso te hizo dudar...

Toda la adrenalina que tenías en el cuerpo cae a plomo, agachas la cabeza y te preguntas como pudiste fallar eso, mientras se esfuman las aspiraciones al podio.

Bienvenido, esto es la GpChapa, y este es su lado más amargo… Pero despiertas, te das cuenta que todo fue una pesadilla, que aún queda mucho mundial, que aún puedes redimir tus penas, que puedes remontar los puntos perdidos, que no está todo dicho, y que aún todos somos favoritos para el 2010.

Tendrás suerte, en la próxima carrera, siempre que no vuelva… la pesadilla de fallar.