Big Deal

Sede del equipo Williams. Grove, Gran Bretaña.

Eran las 14:00 del 18 de Mayo y Sir Frank Williams no conseguía concentrarse en la charla de equipo de sus ingenieros de F1,tenía una pizarra delante de él llena de cifras y propuestas,le estaban contando mejoras y posibilidades para su equipo, pero él tenía la cabeza en otra parte. En la sección de chapas del equipo.

Acababa de terminar el séptimo gran premio de la temporada y nada salía como se había planeado. El año pasado se apostó por tener un piloto muy fuerte y otro que le apoyara para conseguir los puntos necesarios para alzarse con el campeonato de marcas.

Es verdad que David nunca estuvo implicado con el equipo, pero, ¿Qué importaba? Él llegaba ganaba y ahí estaban sus puntos, y Álvaro aportaba lo que podía dentro de su irregularidad, incluso consiguieron un doblete, pero eso no fue suficiente.

La dejadez de David de cara al equipo se acentuó en la última carrera con el mundial de pilotos ya en el bolsillo, no acudió a la última carrera, ¿Para qué? No se jugaba nada.

Y en cierta parte era verdad, no podía hacer todo el solo, y Álvaro no iba a asistir a la última carrera tras el desencuentro sufrido en la anterior. Eso no sentó nada bien en el equipo Británico, pero habían conseguido tapar las vergüenzas con el mundial de pilotos.

Sir Frank Williams se mostraba así de pensativo
al cierre de una de las reuniones más importantes
en la historia de su equipo.

Este año va a ser diferente, se decían al comenzar la temporada, David vendrá a todas las carreras y con el apoyo de Álvaro esta vez sí, y con margen, pensaban algunos vistos los números de la anterior temporada. Así que se dejó todo como estaba y se confió en los números.  Pero no es oro todo lo que reluce.

El que fuera claro dominador de las pistas del año pasado pasa por ‘horas bajas’ para lo que se esperaba de él, y un piloto con números normales no te da un mundial de marcas él solo, y Álvaro estaba desaparecido, literalmente, 3 puntos en 3 carreras y 4 ausencias, y sin previsión de mejorar su asistencia.El barco se hundía y en lugar de achicar agua entraba más.

Ya basta, pensó Williams, esto hay que solucionarlo. Llamo a Claire, su hija, y le dio órdenes para que le llevara a su despacho. Pat Symonds y el resto de ingenieros de la F1 no entendían nada.

Edificio que aloja el despacho
de Frank Williams en Grove.

Nada más entrar en el despacho se puso a trabajar. Había que dar un golpe de timón para volver con los grandes. ¿Pero qué? Estaban a mitad de temporada y nada parecía factible, así que se reunió con el mayor activo con el que contaba la escudería en aquel momento, David, y empezaron a debatir posibles soluciones. El piloto estaba molesto, no con el equipo, si no consigo mismo, le faltaba motivación, no lo dijo, pero se le notaba. Ambos propusieron ideas y posibles soluciones hasta altas horas de la madrugada, pero nada era viable, así que se fueron a descansar y se dejó el tema aparcado.

El tiempo transcurría y no se vislumbraba solución, hasta que la semana pasada una idea paso por la mente del viejo Frank. Y si…

Difícilmente conseguirían un nuevo segundo piloto para la escudería, los pilotos tenían ya contratos con sus respectivos equipos pero, ¿Y si fueran dos, y no uno?

Esto parecía una locura, pero había que intentarlo.

Tras las trifulcas del último gran premio de Canadá habían surgido roces y como bien dice el refrán ‘en río revuelto, ganancia de pescadores’  Cogió el teléfono y llamo a PaddyLowe, director técnico de Mercedes, y preguntó por la situación de Raúl y Foronda, el equipo estaba abierto a debate en torno al futuro de sus pilotos, daban la temporada por perdida y una inyección de capital nunca está de más.

Zona del museo en la sede de Williams.

Algo de luz llegaba al equipo de Grove, la posibilidad de hacerse con dos caras nuevas cambiaba las cosas. Pero la última carrera había hecho a Foronda plantearse dejar las chapas y Raúl necesitaba motivación. Pero donde Mercedes veía imposibilidad y frustración Frank veía futuro y progresión.

El tema económico no fue un problema, Mercedes entendía la ilusión de los pilotos por cambiar de aires, y eso unido a los casi 100 millones sobre la mesa que se habían puesto para llevar a cabo este mega-traspaso hizo las cosas fáciles.

Primero contactó con Alberto, y este, reticente a dejar de lado a su compañero a mitad de temporada, vinculo su llegada al equipo con la respuesta de su compañero, pero no había entendido la oferta, era a ambos a los que se quería. Esto supuso un giro en la negociación, ahora quedaba convencer al otro implicado de embarcarse en este nuevo proyecto.

Raúl no lo dudó, si Alberto iba el también.

Un equipo de leyenda.

La situación había dado un giro brutal para Williams, había pasado de tener un único piloto que asistía con regularidad a tener 3, tras la confirmación de que Álvaro no iba a asistir de manera regular debido a su trabajo paralelo de Mánager del piloto de F1 ValtteriBottas. Ahora había que estructurar la plantilla, y pronto se llegó a un acuerdo entre los implicados. David y Alberto serían los titulares y Raúl jugaría como suplente de lujo, lo que le proporcionaría la experiencia y el apoyo que necesita para crecer como piloto y terminar de dar ese último empujón, sin hablar de optar a ganar el campeonato de constructores, hazaña complicada vista la situación actual, pero todo es posible.

Son 24 puntos de diferencia con el actual líder, Red Bull, pero a su favor juega una ilusión renovada y el contar con tres pilotos, que de cara a la regularidad es una cosa muy importante en la GpChapa, como ya ha demostrado McLaren año tras año.

“Se ha dado un golpe en la mesa” declaró sir Frank, “Ahora hay que ver que tal responde el equipo, desde luego ilusión no falta, y este movimiento no ha pasado desapercibido en el resto de equipos, que ven como un Williams que daban por muerto y enterrado vuelve a tener posibilidades”

Estaba hecho, Foronda y Raúl pasaban a formar parte del equipo del caballero inglés, la fusión Williams-Mercedes se había completado.

Texto: David Paz