La estrella:
Carlos, que supo gestionar perfectamente la carrera, primero
escapándose del pelotón y después manteniéndose líder durante el resto de
carrera. Logra su segunda victoria en la GpChapa y supone para él una
recompensa a muchos meses de superación y disciplina.
El estrellado:
En esta ocasión el estrellado de la carrera ha sido el
equipo Red Bull. A pesar de estar los dos pilotos, y siendo esta la ocasión
para recuperar el liderato en pilotos, y afianzar el de constructores,
finalmente ambos se les han escapado. Con una tirada corta de Barrios al llegar a meta relegándole al 7º puesto, y una actuación que por primera vez ha bajado el
rendimiento de Alberto (recordemos que hasta Mónaco, Alberto estaba siendo el
piloto con mayor regularidad de este año), Red Bull no logra ninguno de sus
objetivos para esta carrera, en beneficio de Foronda por un lado, y McLaren por
el otro.
La sorpresa:
El circuito de Mónaco. A todos los pilotos les cogió por
sorpresa unas curvas tan reviradas, un circuito tan lento que exigía muchísima
técnica, un ancho notablemente inferior a otros circuitos, y unos peraltes
bajísimos. Si a esto le añadimos la guinda del pastel, el puente de Monte
Carlo, nos encontramos con un circuito muy singular y diferente que ha marcado
un punto de inflexión en el calendario.
El espectáculo:
El duelo mantenido por David y Pablo por el podio, desde
casi el principio de la carrera, hasta la última tirada. Con un nivel de
intensidad como pocas veces se ha visto, calcando las trazadas, con
adelantamientos y salidas de pista simultáneas, y superponiéndose las posiciones
una y otra vez. Ambos se llevaron podio, con un David que supo aprovechar el
fallo en la última tirada de Pablo al arriesgar para llegar a meta antes, pero
el nivel de competición dado a esta carrera fue espeluznante.
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