La estrella:
Barrios, que supo resarcirse de un mal principio de carrera.
Se lleva la pole y la victoria, e iguala en puntos a su temporada 2011,
temporada que ganó pero en la que sólo jugamos esas dos carreras (terminó como ahora con dos victorias y una pole). Ahora que la
motivación por la GpChapa es alta y somos más pilotos, es el momento en que
Barrios demuestre que merece el título de campeón del mundo con un mundial “de
verdad”. Se puede decir que matemáticamente lo retoma en el punto en el que lo dejó.
El estrellado:
Víctor, que salía en primera línea de parrilla y se puso
líder de la carrera durante toda la primera vuelta sacando a sus rivales un
buen hueco. No pudo mantener su propio ritmo y se desinfló al fallar una y otra
vez en tiradas muy cabezonas. Pudo ganar, pero al final quedó en penúltimo
lugar.
La sorpresa:
La llegada de Gonzalo, un piloto que no va a poder
participar en muchas carreras por otros compromisos deportivos, pero que su
presencia nos dio aire fresco y nos gustó a todos. Pudo haber entrado a meta en
segundo lugar, y aunque se quedó a apenas unos centímetros, ha demostrado que
el óxido no le afecta y sigue siendo un gran piloto.
El espectáculo:
No es un piloto ni un suceso, sino un espacio geográfico: El
circuito de Sakhir.
Ni polémicas varias, ni tiradas estrella, ni cualquier otro espectáculo pudieron superar al verdadero reto que supuso para los pilotos un circuito tan
complicado y bonito como este, donde realmente se puso a prueba la pericia de los
mejores pilotos. El verdadero espectáculo de Bahrein fue lo técnico de su
circuito, su zona lenta, las curvas suaves y el sector de velocidad endiablada.
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